Archive for febrero, 2017

Una principiante en la Berlinale

Asistir a un Festival internacional de cine es, tanto oportunidad como un lujo, que este año, viviendo en Berlin, me quise dar. La alfombra roja, los artistas, las pancartas por toda la ciudad y las noticias que se leen y que se ven en los medios de comunicación internacionales, me hicieron sentir como un protagonista, un poco como eso mismo que se siente cuando se ve una película.

La Berlinale es un festival de cine con diferentes secciones de competencia que, como su nombre lo indica, tiene lugar en la ciudad de Berlin. Diferentes cines de la ciudad abren sus puertas durante el mes de febrero para acoger obras provenientes de numerosas partes del mundo y dar la bienvenida a talentosos cineastas, cinéfilos y curiosos.

Mi elección para tener una panorama de la Berlinale consistió, en base a la disponibilidad de entradas, en ver una película en competencia oficial por el Oso de oro, un ciclo de cortometrajes y una película de la seccion Generación Kplus, sección dedicada al cine infantil.

Foto: Vicky Nuñez

Tal vez yo tuve mucha suerte pero comprar boletos para las funciones no fue nada difícil o tal vez fue porque no tenía exigencias particulares. El caso es que puede comprar en internet, aún pocos días antes de la proyeccion. Los boletos los puede imprimir en casa y voilà, a disfrutar de la magia del cine en uno de los mas importantes festivales de cine del mundo. Los precios mmm… bueno, podrían haber sido mas baratos. Si bien un comun mortal se puede permitir una película de la Berlinale, resulta un gasto mas o menos importante el asistir a más de una función.

Tesoros y las emociones

Normalmente yo no veo cine infantil pero encontrar en la programación una película, escrita, producida y dirigida por mujeres mexicanas ya tenia todo un significado y por lo tanto no fue dificil decidir. Asistir al estreno de Tesoros, lejos de mi tierra, evocó los mejores recuerdos que tengo de mi infancia y adolescencia, además en este contexto no pudo que tocar lo mas profundo de mis emociones, hacerme sentir muy orgullosa y conmoverme sin mas.

Foto: Vicky Nuñez

Con una fotografía e imágenes que podrían ser mas de un documental que de una ficción, acompañada de un creativo uso de la tecnología, tanto al interior de la historia como en la realización, una música que encajaba perfectamente con las imágenes y un conjunto de contenidos educativos, sociales y ambientales, Tesoros se presentó ante uno de los públicos mas críticos y exigentes: los niños; dibujando un México, sí turístico, sí de tarjeta postal, y es que así es México, pero enmarcado en un contexto real, sincero y positivo.

Antes de entrar a la sala vi que había un 80% de niños en la fila, no lo puedo negar, me hizo pensar que no sería una función sencilla. Grande fue mi sorpresa al notar que las únicas interrupciones que escuche por parte de las pequeñas criaturas fueron: ahhh!, ohhh!, wow! Expresiones que eran solo un eco de mis pensamientos.
Maria Novaro, Pamela Guinea y Lucero Sánchez Novaro, núcleo de producción del Film, se presentaron al final de la proyeccion y respondieron a las preguntas que los niños les hicieron. Y yo, como fan adolescente, no puede evitar acercame y agradecer a la directora el regalo que me había hecho.

Para quien no la conoce, Maria Novaro es una de las directoras mas importantes de cine mexicano. Danzón y Lola son algunos ejemplos con los que la directora se hizo famosa en Mexico y que en buena medida, podria afirmar que para muchos en mi generacion, transformaron las percepciones de algunos aspectos del México popular, logrando la revalorizacion de las mismos, tantas veces, discriminados. Una directora valiente que dedicó Tesoros a los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, tanto en los créditos como en la sesión de preguntas, enfatizando que la zona donde fue filmado Tesoros, no es solo belleza y aventura, sino que desgraciadamente tiene muchos problemas. Una mujer, madre y abuela, que le regalo a sus nietos la aventura de ser protagonistas de su propia historia y que le muestra al mundo un México con esperanza.

Tesoros en la Berlinale compitió en la sección Generación Kplus. El jurado eligió otro ganador del Oso de cristal pero para mí, Tesoros seguro se ganó un oso de oro en mis recuerdos.

Joaquim y los inconvenientes

Una de las cosas mas importantes que se tienen que cuidar en el Berlinaletour es la puntualidad. No es que a la Berlinale se pueda llegar corriendo con papitas y refresco escondidos en la bolsa, con la gota de sudor y buscar un lugar en medio de la oscuridad sin que nadie diga nada. Si bien en los cines, hay diferentes carteles que dicen que no se permite llegar tarde a las proyecciones, al final, los alemanes no son tan malos y te dejan entrar.

Foto: Vicky Nuñez

Y sí, yo llegue tarde a la proyección de Joaquim. Con los cacahuates y la botella de Club Mate (bebida famosa entre los que frecuentan los cineclubs) en la bolsa, traté de pasar desapercibida. Para mi sorpresa en la entrada me detuvieron unos chicos, super elengantes y muy guapos por cierto, para decirme que tenía que esperar para poder ver la función. Afortunadamente no me controlaron la bolsa y me evite el oso mexicano (el de la verguenza). Pero el retraso en el cine en Alemania es castigado con aun más retraso. Tuve que esperar otros 5 minutos para esperar a otros impuntuales y poder entrar todos juntos despues de 15 minutos empezada la peli. En Alemania, siempre encuentran la forma “freundlich” (amigable) de educar a la gente. Una señorita nos llevo a nuestros lugares, hasta arriba y en la esquina, el lugar de los castigados. Fue entonces que pude comenzar a disfrutar de la peli.

Foto: Vicky Nuñez

Joaquim es un largometraje brasileño histórico en concurso en esta 67a Berlinale. Rebelión, ambición, lucha de clases, resistencia, desigualdad son algunos de los argumentos tratados por Marcelo Gomes. El recurso de la cámara en mano, que si bien tenía un sentido dramático, en algunas ocasiones me hizo sentir como en la rueda de la fortuna.

Esta vez cero protocolos, es decir, no estaba el equipo de produccion, por lo tanto, al terminar la proyección, era obligado el tour en el “Friedrichstad Palace”. Teatro legendario e importante costruido durante la RDA y que se encuentra en el corazón de Berlín. Cuenta con el escenario mas grande del mundo y el lobby esta adornado con una particular y lujosa decoración que se engalana con las fotos de famosos actores y actrices alemanes. En estos días, ahí también está una alfombra roja, dónde, en auscencia de directores y productores, los visitantes pueden tomarse sin problema una selfie.

Los Cortos y las sorpresas

Para ver una película en la Berlinale se puede elegir al azar o buscar algún director, actor o nacionalidad de preferencia y a la que se quiera apoyar. En cualquier caso, es importante saber en qué sección esta la película elegida, si está en concurso, si pertenece a la sección documental, cortos, etc. No porque vaya a pasar algo si no lo sabemos, pero digamos que si tenemos esta información, además de disfrutar de la obra en sí, podremos entender mejor, en algunos casos, el mensaje del autor, e incluso sentirnos aun mas parte del ambiente del festival. La secciones al final son como una especie de guia para la observación.

Yo fui con los ojos cerrados a ver la sección de cortos, no lei, ni busque informacion previa, ni sobre los cortos ni sobre los directores, pero sí sabía que tenían como temática general “Back to the Future” (regreso al futuro). Me dirigí hacia el Coloseum, un cine bastante “simple” y de medianas dimensiones, que tuvo su primer función, nada más y nada menos que en 1924, y que a la fecha, la sala principal, donde se presentó la sección de cortos, conserva sus dimensiones originales.

Foto: Vicky Nuñez

Los cortos que vi fueron: The Crying Conch (Canada) de Vincent Toi, Street of Death (Líbano) de Karam Ghossein; Hiwa (Grecia) de Jacqueline Lentzou y Os Humores Artificiais (Portugal) de Gabriel Abrantes.

Solo diré que cuando salí del cine, agradecí el saber que pertenecian al argumento “regreso al futuro” de lo contrario, hubiera entendido en un modo muy diferente las obras. De cualquier forma, una vez afuera tenia la impresión de haber visitado diferentes paises, varias culturas, muchas, muchas más de las 4 que habrían tenido que ser. Unos me gustaron mas que otros, tal vez también porque esos unos los entendí mas que a esos otros. En cualquier caso fue toda una sorpresa poder descubrir a través del cine realidades que, de haber sabido, seguramente habría elegido no ver.

Foto: Vicky Nuñez

En resumen, ir a la Berlinale significó para mi estar abierta a propuestas alternartivas, a cine difícil y a veces hasta incomprensible. Fue tratar de entender, sin formulas y lejos de lo convencional. Fue ver y reconocer el valor del trabajo de los trabajadores de la industria cinematográfica por la originalidad de las obras, fue entender qué me gustó y qué no sin estar condicionada de críticas, publicidades y hasta, podría decir, de lo que yo misma creía saber que me gusta.

 

Corrección: Rocio Cruz

Del otro lado del Tamal: fiesta de los tamales en México

“Lleve sus ricos y deliciosos tamales calientitos!” Esta frase tal vez puede significar poco o nada para quien no nació en México. Para los mexicanos, y en particular para los que viven en la Ciudad de México, la anterior es una frase, casi una melodía, que acompaña todas las mañanas y tardes de millones y millones de familias mexicanas.

El “tamal” es un plato típico mexicano, existen polémicas sobre el verdadero origen pero lo cierto es que la palabra tamal proviene del náhuatl “tamalli” que significa “envuelto”. Existen diferentes tipos y modalidades de hacer tamales. Para dar una idea de lo que estamos hablando, para quien no los conoce, los tamales tradicionales son una especie de masa de maíz rellena de salsas dulces o saladas picantes con carne de puerco o de pollo, cocidos y envueltos en una hoja que puede ser de maíz (seca) o de plátano.

Los tamales en México normalmente se comen en el desayuno o en la cena en cualquier día del año y casi siempre están acompañados del atole, bebida densa y caliente de diferentes sabores. Los tamales se comen simples o, para los mas golosos y hambrientos, con pan, en este caso vienen llamados “guajolotas” osea tortas o bocatas de tamal. El 2 de febrero, festividad católica en la que viene vestido el niño Jesús y conmemoración de la aparición de la virgen de la Candelaria, podría ser considerado en México también la fiesta del tamal, porque desde el punto de vista popular, ellos también son protagonistas en el festejo. Para explicar mejor el porqué los tamales son el centro de atención en este día, se necesita explicar un particular precedente. Hablando siempre de tradiciones populares católicas, el día de la llegada de los reyes magos, el 6 de enero, es tradición comer un pan llamado “Rosca de Reyes”, al interno hospeda muñequitos blancos de plástico, representaciones del niño Jesús.

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Foto: Kelly Nayeli luna Ibarra

En la cena, mientras la familia se reúne para saborear “La Rosca”, cada persona en la mesa elige la rebanada de pan que quiere comer y será la persona a la qué “le sale el nido” quien ofrecerá o ayudará a cocinar los tamales para la fiesta del 2 de febrero. Y bien, hasta ahora hemos hablado del tamal pero atrás de este hay vida, si, la de sus creadores, lo valientes “Tamaleros”, personas que de oficio hacen y venden tamales. Los tamaleros se pueden dividir en dos categorías: los que venden sus tamales en un lugar fijo, sea una esquina o un negocio cerrado y los que se mueven de un lugar a otro, gracias a su triciclo, llegando hasta los rincones más escondidos para llegar a sus clientes. La mayor parte de los tamaleros de la Ciudad de México son negocios ambulantes e irregulares, pero si se considera la administración, la organización, la disciplina y el trabajo invertido, estos pequeños negocios resultan ser verdaderas pequeñas empresas artesanales. El ser tamalero non es simple, al contrario, según lo que nos explico Jazmín Ibarra Martínez, tamalera desde hace años, hacer y vender tamales es un trabajo más bien sacrificado y duro.

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Foto: Kelly Nayeli luna Ibarra

Detrás de cada vendedor de Tamales están familias completas que trabajan de día y de noche para satisfacer el apetito de sus clientes. Para conocer un poco más sobre este platillo y sus creadores le dejo aquí la entrevista a Jazmín Ibarra Martínez, un ejemplo entre los miles y miles de tamaleros en México. La Familia Sánchez Ibarra vende sus tamales en una colonia de Ecatepec en el Estado de México, de lunes a domingo afuera de una Liconsa, una lechería popular, todas las mañanas. La Familia de Jazmín normalmente vende alrededor de 80 tamales al día. Los sabores tradicionales de sus tamales son: dulces: de pasitas, de piña, chocolate, durazno, “cajeta” o dulce de leche; y salados: de rajas con queso, verdes, rojos, mole. Los gustos especiales: chicharrón (piel de puerco), verdolagas, frijoles y queso con jamón. Atoles (bebidas calientes a base de fécula de maíz): de vainilla, chocolate, chocolate denso (champurrado), mamey (fruta), cajeta (dulce de leche), fresa.

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Foto: Kelly Nayeli luna Ibarra

V: ¿Cómo y cuándo iniciaron su negocio?
Jazmín: El negocio lo inicio mi suegra, en el momento en que se encontró sin trabajo y con 4 hijos que mantener empezó a hacer y vender tamales. Los hijos hicieron por algunos años otras actividades pero en el momento en el que ellos también se quedaron sin trabajo también ellos decidieron seguir el ejemplo de su mama. Actualmente mi suegra, mi familia y también las de mis cuíados nos dividimos las “Liconsas” de la zona. Cada familia trabaja individualmente. Solamente cuando tenemos pedidos numerosos o alguien no puede trabajar por alguna enfermedad o por otros motivos, nos ayudamos recíprocamente. Al interno de mi familia yo ayudo a mi marido, Fernando, con los preparativos que se hacen en casa. Solo cuando hay ventas grandes o en el periodo de vacaciones de mis hijos, voy con él a vender. De costumbre necesito llevar los niños a la escuela y hacer los quehaceres de la casa, además de tener que empezar los preparativos de los tamales y hacer las compras.

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Foto: Kelly Nayeli luna Ibarra

V: ¿A qué hora empiezan a trabajar y en qué consiste hacer tamales?
Jazmín: Yo me levando a las 6.00 de la mañana para preparar a los niños para ir a la escuela. Cuando los niños ya se fueron empiezo los preparativos para los tamales y voy por el mandado (compra). En primer lugar se necesita poner las hojas a remojar, es el único modo para poderlas trabajar. Después se preparan los diferentes sabores de los tamales, osea las mermeladas y la fruta para los tamales dulces y las diferentes salsas: verde, roja y mole (salsa típica mexicana a base de chiles (ají o picante) y chocolate) y los diferentes rellenos: las “rajas” (trozos de chile) la carne y el queso en pequeños trozos. El paso más duro y pesado es hacer la masa, la elaboración y amasado para obtener unos tamales despojaditos no es inmediata, sobretodo porque se está hablando, como mínimo, de 8 kilos de harina, equivalente a 80 tamales. Una vez que todo está listo se inicia el verdadero trabajo en equipo entre Kelly, mi hija la mayor, mi esposo Fernando y yo. Uno de los tres le pone la masa a la hoja, el otro las salsas y la carne y el tercero envuelve los tamales. Después los tamales se quedan en espera de ser cocidos. Normalmente Fernando se levanta a las 2.00 de la mañana para ponerlos a cocer y para preparar los “atoles” de diferentes sabores, después el se va a vender y yo me levanto y se inicia todo de nuevo.

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Foto: Kelly Nayeli luna Ibarra

V: ¿Cuáles son los días de mayor venta?
Jazmín: El mejor día del año es el 2 de febrero, vendemos más de 300 tamales, solo de gustos tradicionales. También en diciembre nos va muy bien. Un día muy bueno para nosotros es el martes, porque este día tenemos un lugar en la Central de Abastos, uno de los mercados más grandes e importantes de la Ciudad de México, y ahí vendemos casi 300 tamales además de los 80 tamales de la lechería. Después, gracias a Dios, de vez en cuando tenemos pedidos especiales para fiestas particulares. En estas ocasiones normalmente nos piden 100 tamales más, estos normalmente de gustos especiales. Son los clientes a elegir los gustos aunque siempre piden algunos tamales con los gustos tradicionales.

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Foto: Kelly Nayeli luna Ibarra

V: ¿Cuál es el secreto para poder vender tantos tamales y atoles?
Jazmín: Para poder vender se necesita iniciar el día con una sonrisa en la boca. Se necesita tener carisma y tratar bien a los clientes pero sobretodo se necesita que los tamales y los atoles están buenos. Hacer tamales es muy laborioso, parece fácil, pero no lo es. Para poder hacer tamales buenos hay algunos secretos; en el modo de hacer la masa, en los ingredientes que se usan para dar sabor y en el modo de hacer los atoles. En fin, se necesita obviamente no vender tamales viejos porque si los tamales no son frescos se secan. Osea el secreto, como todas las cosas hechas a mano es hacer todos los pasos bien, con paciencia y con mucho amor.

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Foto: Kelly Nayeli luna Ibarra

V: ¿Tienen vacaciones?
Jazmín: Nosotros trabajamos de lunes a domingo, por lo tanto no tenemos descansos. Las vacaciones las tomamos de vez en cuando, pero si se organiza un viaje a Acapulco o alguna otra playa, nos organizamos y vamos. En esas ocasiones dejamos el negocio a uno de los hermanos de Fernando. En el periodo de Navidad y Semana Santa, como las ventas son buenas, nunca nos vamos de vacaciones en ese periodo.

V: ¿Qué es lo más pesado o desagradable de hacer tamales?
Jazmín: Entre las cosas más feas la principal es la de tener que lidiar con gente grosera. Esto va desde el cliente maleducado que te avienta el tamal cuando le estas cobreando hasta los delincuentes y extorsionadores abusivos.

V: ¿Qué es lo mejor de vender tamales?
Jazmín: Que es un trabajo muy humilde pero al mismo tiempo gratificante. La mayor satisfacción es que la gente me diga que mis tamales están buenos y que les gustan. Quien nos critica, nos juzga y con desprecio nos llaman “tamaleros” como si fuera un trabajo de poca cosa, no sabe que todo lo que yo y mi familia hacemos, lo hacemos con mucho gusto y con amor y esto lo que nos ayuda a que nuestros tamales salgan buenos y a la gente les gusten.

(Corrección Karina Rojas Cuellar)